Las aulas son sin duda un espacio donde convergen niños de muy diversos intereses y con niveles de madurez diferentes, pero, sobre todo, con “mochilas personales o trasfondos familiares y sociales distintos”. Esta heterogeneidad, unida a la interacción entre los niños del aula, constituye factores para generar conflictos que en la mayoría de los casos no se abordan de una manera adecuada y generan agresividad o comportamientos violentos. Además, la sociedad en sí, en los medios de comunicación, en la calle, etc. transmite agresividad y violencia, ya sea de manera física o de manera verbal, y los niños no solo residen en casa o en las aulas, sino que están en el mundo social y reciben igualmente ese impacto. Con frecuencia, los términos agresividad y violencia se utilizan como sinónimos, sin embargo, tienen una connotación diferente: la agresividad implica voluntad de daño a otros y la violencia es la parte patológica de la agresividad. Una vez dicho esto, desde la escue...