La institucionalización y el modelo clínico

 


La promulgación de la obligatoriedad de la enseñanza en Europa fue capital para el establecimiento de la Educación Especial, ya que significó la aparición de escuelas para acoger a los niños en edad escolar y, como consecuencia inmediata, obligó a la creación de escuelas especiales para que los considerados débiles mentales fueran escolarizados en centros específicos, a partir de criterios catalogadores, como las escalas desarrolladas por Binet y Simon (1907).

Por tanto, la obligatoriedad de la enseñanza produjo un sistema especial paralela al habitual para los estudiantes que presentaban determinadas deficiencias, así como la aparición de programas y técnicas especiales.

Uno de los resultados inmediatos de dicha etiquetación y clasificación fue la segregación.

Dicha segregación se justificaba, por una parte, como custodia y ayuda y, por otra, como una vía para proteger a la sociedad de un eventual peligro.

Se fundaron centros especiales y escuelas públicas de día, que albergaban a muchos usuarios, entre ellos ciegos, sordos y deficientes mentales. Posteriormente se ampliaran para acoger a paralíticos cerebrales, personas con trastornos de conducta, del lenguaje...

Es la llamada era de la institucionalización, que comienza a inicios del siglo XX y concluye hacia mediados de siglo, excepto en Estados como España, en los que se extiende hasta la década de los ochenta.

En esta primera etapa de la institucionalización se entendía que el tratamiento al discapacitado había de ser necesariamente médico. Posteriormente, los intentos de Seguín, médico de profesión, de llevar a cabo colaboraciones médico-pedagógicas en el tratamiento de los deficientes mentales, hizo que la Pedagogía, cuyo objetivo central era la educación del individuo en general y del deficiente mental en particular, se uniera a la Medicina.

De este modo surge como disciplina la Educación Especial, que apoyada en los fundamentos teóricos, en los métodos de evaluación y en los procedimientos de intervención de las ciencias médicas, las psicológicas, las pedagógicas, y de las ciencias sociales, sirven de apoyo a la educación y ayudan a comprender los diferentes niveles de organización biológica, psicológica, educativa, y social del alumno con necesidades educativas especiales.

¡Un abrazo, amigos y amigas!.







Damián Cairo Touriño


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