Laura
Laura se peina los cabellos,
negros y suaves como el terciopelo,
mirándose al espejo: reflejo cruel
de un alma perturbada.
Nace el sol, comienza un nuevo día,
y Laura tiene miedo, pues otra vez
se enfrenta a sí misma: obsesión
por ser perfecta en una sociedad despiadada.
Laura se siente gorda, obesa, fea, deformada;
nadie la querrá, los chicos no se acercarán;
no se sentirá amada bajo las luces discotequeras
de un sábado tarde adolescente.
La televisión dispara, como flechas envenenadas,
cruel información subliminal certera.
A Laura le duele el corazón,
se da pena.
Ante sus ojos un desayuno:
tostadas y Cola-Cao bien caliente.
-"¡No!"-pide con clemencia-"¡no me hagan comer!".
Su respiración se acelera,
el estómago se le encoge,
el esófago se le irrita...
...un infierno, un infierno.
Hace tiempo que Laura quiso ser alguien:
deseó ser la realidad que nos venden los medios de comunicación...
...¡pobre inocencia incrédula!.
Laura anheló una vez ser la esencia de ella misma;
simplemente, Laura: mujer, persona y amada.
Hoy, ante nosotros, su tumba.
R.I.P. (25-12-2002).
Ahogada en su propio vómito.
Murió por una equivocación,
un error. Su culpa, mi culpa...
...NUESTRA CULPA.
Damián Cairo Touriño
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