En homenaje a nuestros médicos rurales gallegos
Muy buenas, amigas y amigos:
Es de justicia resaltar la figura del médico rural gallego, la cual forma parte de nuestro patrimonio cultural de nuestra tierra y quizás de las más apreciadas en el ámbito rural.
El médico era un vecino, amigo, confesor, psicólogo, y estaba ahí desde el nacimiento hasta el fallecimiento, caminando a caballo al domicilio del paciente por caminos a veces inhóspitos.
Su labor era silenciosa, heroica y en solitario, con escasos medios, siendo su ojo clínico la baza más importante para solventar la mayoría de las patologías de sus pacientes.
Eran unos auténticos artesanos de su oficio y su trabajo laborioso, de 24 horas de atención, los 365 días del año, pese a un salario muy discreto y un abandono por parte de la administración hasta hace no muchos años.
Vivían por y para sus pacientes.
Jamás olvidemos, pues, nuestras raíces médicas...
¡Un abrazo!.
Damián Cairo Touriño
Comentarios