Valeria

 



Te pidió lo imposible

y quisiste concedérselo;

ella te dio la espalda,

y tú le juraste un "te quiero".


Pasaron los días,

quedaste muerto en vida;

a tu lado, Valeria ya no está,

te abandonó por otra ilusión.


Si apareciera de nuevo esta noche,

le concederías tu perdón:

"¿por qué me has despreciado así, amor?"-le preguntarías.


Metal de algodón es el corazón de Valeria.

Sólo ella en el mundo, nadie más.


¡Y tú, insensato, mientras puedas respirar,

escapa de su manipulación sentimental!.


Quieres vengarte del engaño,

quieres matar al amor,

quieres encontrar al verdugo,

y quieres hallar a un culpable.


¡Mata si debes!

¡Ya nada tiene sentido!

¡El fracaso está en tí!


Y desesperado, clamarías entre lágrimas:

"¿recuerdas nuestro sueño, Valeria?...dime, ¿sigo en él?".




Damián Cairo Touriño

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